El Espíritu sopla como el viento, no sabes de donde viene ni a donde va...
Y, aún a riesgo de proyectar mis propios procesos en el devenir del mundo, tengo la sensación de que el Espíritu esta soplando fuerte.
Me parece ver los mismos colores en distintos ámbitos, distintas personas, distintos movimientos.
Tengo la sensación de que se está gestando un nuevo andamiaje conceptual de nuestra empresa humana. Tal vez todavía tímidamente.
Me parece que cuando la realidad (o una parte de la realidad como es lo fenomenológico) excede en tantos ámbitos nuestra capacidad de conceptualizarla (y creo que lo que señala esto es entre otras cosas la in-capacidad nuestra para resolver los conflictos que se nos plantean de alguna manera que no implique la supresión de lo otro y viceversa) esto muestra que nuestras herramientas actuales quedan chicas.
Puedo enumerar unas cuantas situaciones de conflicto. Desde las macro -un tercio de la población del mundo en la pobreza versus la acumulación de riqueza galopante, la depredación de la naturaleza y sus recursos (renovables y no), el "choque de civilizaciones"- y en lo micro o más bien en estructuras sociales más pequeñas (países por ejemplo) como pasa ahora en Argentina con el debate entre modelos de gobierno o también con el matrimonio de personas del mismo sexo; la redefinicion de vinculos laborales y comerciales y hasta las distintas maneras de vivencia espiritual dentro de una misma religión.
En todo esto me parece que despunta el alba de una nueva manera de entender las cosas y creo que -llámese como se le llame- esta nueva manera alienta y hasta requiere el desarrollo de nuestro espíritu. Dejar de vivir como rengos y completarnos.
El espíritu de nuevo redefinido o más bien redescubierto, como una parte constitutiva nuestra, insoslayable, como el hígado o la tiroides. No algo extraño sino algo cotidiano. No escindido y encajonado en una parte de nuestra vida sino en cada uno de nuestros actos. Una luz que aclara nuestro proceso de decisión, para encontrar respuestas nuevas a problemas viejos y nuevos. Lo que permite calibrar desde una ámbito más completo nuestras opciones y nuestro lugar en el mundo. Una especie de red común que nos contiene a todos, que nos permite unirnos en la diversidad y celebrarla y no rechazarla. Saludos
lunes, 5 de julio de 2010
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