miércoles, 3 de noviembre de 2010

continuación del comentario anterior

Es cierto, lo sagrado se perdió. El hombre sin contacto con lo sagrado es un esclavo. Pero lo que estoy tratando de decir es que -si bien reconozco que la "forma" de los sagrado ayuda- que esta importantísima pérdida de lo sagrado está relacionada también con la insatisfacción íntima en cada ser que busque de verdad que produce tener forma y muchas veces no contenido. Que el habito no hace al monje pero ayuda es tan cierto como que aunque la mona se vista de seda mona se queda.
Los padres del desierto -pilares de la espiritualidad cristiana- no tenían los hábitos. Ni siquiera tenían ordenes. Buscaban una experiencia. Sabían ya como expresó San Agustín luego que nuestra alma no tiene descanso hasta que descansa en Él. No en los hábitos. No en las normas. En Él. No creas que estoy en contra de las normas. Para nada. Pero creo que lo más importante es llegar con la experiencia de Cristo. La verdadera sabiduría es gustar. No está en la imagen, está en el probar. En el gustar de las cosas divinas. Karl Rahner decía que el Cristianismo del siglo XXI será místico o no será. Joseph Ratzinger tiene bellísimas páginas en su libro "el nuevo pueblo de Dios" al respecto. No se trata de maltratar a nadie. Se trata de ver si no ocultamos una seguridad demasiado grande en nuestros logros y no nos perdemos de algo en el camino. Por qué crees que Jesús eligió a pescadores para su tarea? o por qué estalla de alegría cuando dice "Bendito seas Padre porque le ocultaste esto a los sabios y a los prudentes y se lo revelaste a los sencillos, sí Padre, bendito seas porque así te pareció bien". Y porque dice luego San Pablo que Jesús eligió lo necio del mundo? Es importante, eligió lo necio, fíjate, justo lo opuesto de sabio y prudente. Algo hay ahí!
Con respecto a los hombres virtuosos... Es de esperar que crezcamos en virtud. Pero insisto en que no es la virtud el tema central. En ningún lugar en los Evangelios figura la virtud como condición necesaria para seguir a Cristo. Si la perfección en la caridad. Pero no la virtud. Ni como condición previa para ser llamado -eso es clarísimo- ni como condicion necesaria luego -esto hay que buscarlo un poco más pero también está-
El "ser virtuoso" lleva muchas veces a "sentirse virtuoso" a través de nuestra insoslayable mirada sobre nosotros mismos. Y esto está a solo centímetros del sentir del fariseo de la parábola que lo tiene junto al publicano. Y no se va solamente con golpearse el pecho.

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