Respuesta en el Blog de Xavier Pikaza
Yo no se mucho del tema pero estuve indagando un poco y aparte sí conozco algo de Tradición Familia y Propiedad en Argentina. TFP apoyo a la dictadura militar que dejó 30000 desaparecidos. También se que Pío Laghi (en ese momento nuncio) le decíae al ex-almirante E.E.Massera que no se preocupara de los "detalles" -como el llamaba a las torturas y desapariciones- sino que mirara el gran cuadro -la derrota del comunismo apátrida y ateo (verdades ambas)- que era hermoso. Y se también que en red con TFP estaba gente de los partidos pro nazi de ultraderecha argentina (Biondini entre ellos) y que sus ojos estaban puestos en defender las tradiciones (su propio statu quo que dejaba en la miseria a más de uno), sus beneficios económicos y su manera de ver el mundo. Definiendo a Argentina como nación que mira a Europa y la tiene de modelo. Por eso me despiertan resquemores los Heraldos y el conservadurismo en general. Acepto debate. Me interesa limpiar la mirada y ver donde está Jesús ante todo.
Creo también que la gente adhiere a los uniformes. No es fácil tomar responsabilidad de las propias, profundas creencias. Es más tranquilizador saber que alguien nos dice que tenemos que hacer. Pero eso muchas veces no pasa de ser un voluntarismo veramente capaz de hacer daño. Creo también que es desde la propia libertad -y creo que con ayuda de la gracia debemos ser cada vez más libres para poder dar un SÍ real y no condicionado- podemos aceptar la oferta que Jesús personalmente a cada uno y a través de la Iglesia nos hace. Pero desconfío de no cuestionar y aceptar "con fe" a pie juntillas todo. Creo que hay un riesgo de confundir "fe" por más bien intencionada que esté con la necesidad de seguridad. Sobre todo cuando la propuesta del Señor es adentrarse en el mar y caminar sobre las aguas. Creo que es el riesgo de tener una "fe" cerrada -no en cuanto a que deje afuera otras posibilidades- sino cerrada en tanto "obra acabada" lo que impide una "constante conversión". De ahí la aversión que siento por los uniformes en cuanto símbolos de una estructura jerárquica rígida. No estoy en contra del Papado. Menos en contra todavía de B. XVI a quién considero luz en muchas cosas y en quien siento una sincera preocupación y dolor por el estado del mundo. Pero aún cuando comparto su dolor y su preocupación, no creo que el camino de los uniformes (déjenme generalizar. Se que no es correcto pero creo que a esta altura sabéis lo que quiero decir) sea el apropiado. Me parece que eso consigue guardar las formas -y tal vez eso sea lo que necesitemos ahora como medida de emergencia, no lo se- pero no logra provocar una auténtica conversión que llegue hasta el fondo de nuestra persona. Creo que se sobreestima el poder de la razón y se tiene poca confianza en el Espíritu que a veces nos muestra formas desconcertantes de comportarnos. Creo que tememos caminar sobre las aguas. Bueno, está bien, a mi tampoco me suena muy posible y a lo más doy un paso y me hundo...
saludos
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